Bullying es una palabra inglesa que significa intimidación. Se refiere a todas las formas de agresividad continua y reiterada de uno o más agresores sobre un niño/a, que sufre generalmente en silencio, constantes amenazas, insultos, agresiones, humillaciones o aislamiento.
En España, se estima que un 1,6 % de los niños y jóvenes estudiantes sufren este fenómeno de manera constante y que un 5,7 % lo vive esporádicamente.
¿Has notado cambios de comportamiento recientes en tu hijo/a?
¿Crees que tu hijo/a podría estar siendo afectado por bullying de sus compañeros?
Lo idóneo es darse cuenta de la situación y atajarla antes de que sea demasiado tarde. Con el tiempo, la persona objeto de bullying puede sufrir consecuencias tan negativas como:
- Baja autoestima
- Actitudes pasivas
- Trastornos emocionales
- Problemas psicosomáticos
- Depresión, ansiedad o pensamientos suicidas.
- Pérdida de interés por las cuestiones relativas a los estudios, lo que puede desencadenar una situación de problemas de aprendizaje o fracaso escolar.
- Trastornos fóbicos de difícil resolución, tales como fobia escolar, fobia social…
Si como padre sospechas que tu hijo/a está siendo acosado, es el momento de poner los límites adecuados y buscar ayuda de un psicólogo.